Perdonar no es olvidar, es recordar sin que te duela. Pero llegar a ese punto no es cosa rápida ni fácil en algunas ocasiones, pero tampoco imposible, y deshacernos de la carga emocional y del dolor que nos causan las heridas de quienes nos han decepcionado, traicionado o herido, es todo un proceso. Viví muy de cerca las consecuencias de no proponerse a sanar las heridas emocionales… Era YO o el Alzheimer. Olvidar aun los momentos difíciles es morir y opte por vivir. Hoy estoy en paz, tomo de la vida el mejor fruto sin apedrear ningún árbol.