Ustedes que están allí, como yo, vivimos hoy un segundo 11 de septiembre. Con más o menos distancia, con más o menos diferencias ideológicas [o cinismo] y absolutamente con más redes sociales.Es el terror.
Es occidente perdiendo la batalla porque sus reglas e instituciones sirven para que quienes no juegan con ellas acaben con todo.
Pero no se pasen de palos comparando muertos con Caracas. No es juego medirse por cantidades de muertos y decir que en la morgue de Bello Monte hay más y tomar la próxima cerveza.
Hablemos de proporcionalidad. En París hay 2 millones 250 mil personas. Su tasa de homicidios ronda el 1,1 por cada 100.000 habitantes. El año pasado hubo unos 22 asesinatos intencionales en total, en toda la ciudad en todo el año. ¿Ahora se imaginan lo que significa tener 153 ejecutados en un solo día?
Vale, usemos el ejemplo repetido en redes y metamos el ombligo: Caracas.
Somos una ciudad en guerra, la segunda más violenta del mundo. Pero por múltiples causas, de forma estructural, por metástasis o caos. El año pasado hubo unos 4.500 asesinatos en la ciudad. Más o menos.
Proporcionalmente, imagínense que hoy, en un solo día, hubiesen asesinado a 31.295 personas. Imaginen el color del Guaire.
Eso más o menos fue París, con las cifras parciales y el corazón en la boca.
Nuestro peo es otro. Foco en el asunto: hoy vivimos un trozo del futuro.
Mi pluma, tu pluma 