Nadie sabe cuándo o cómo caerá la dictadura de Venezuela. Al cierre de este número, el país se estaba preparando para las elecciones del 20 de mayo que casi nadie esperaba fueran libres o justas. Con la mayoría de los candidatos de la oposición efectivamente prohibidos, sin observadores electorales internacionales creíbles y casi todos los medios independientes silenciados, casi la mitad de los venezolanos decían a los encuestadores que no planeaban votar en absoluto. La otra dictadura del hemisferio, Cuba, muestra cómo los líderes opresivos pueden aguantar durante décadas más de lo que nadie esperaba. El régimen de Nicolás Maduro ha mostrado voluntad de encarcelar o incluso matar a sus oponentes. Sin embargo, no está claro si un gobierno puede resistir el hambre, la hiperinflación y la violencia del tipo que se ve en Venezuela. El final podría venir en 20 años; también podría venir mañana. Como resultado, esto está claro: Ahora es el momento de que Venezuela y el mundo planeen lo que vendrá después. Volver a unir al país requerirá un esfuerzo nacional e internacional audaz y cuidadosamente calibrado. Veinte años de chavismo han destruido la economía y lo que alguna vez fue una de las democracias más vibrantes de América Latina. Los sistemas de salud, educación y judiciales también están destrozados. Venezuela necesitará un conjunto diverso de personas con habilidades de liderazgo y, lo que es igual de importante, una visión realista de lo que es posible.
En ese frente, hay buenas noticias. Este número de AQ describe a 10 personas que creemos que serán clave para la reconstrucción de Venezuela. Incluyen un experto en ayuda humanitaria, un famoso músico y un pequeño empresario. Tomados en conjunto, son testimonio del capital humano extraordinario a disposición de Venezuela cuando finalmente surgen las circunstancias correctas. Sus experiencias, ideas y propuestas proporcionan una rica hoja de ruta para la recuperación. Hemos llegado intencionalmente más allá de algunos de los sospechosos habituales para centrarnos en una nueva generación. Al igual que la mayoría de las personas en un país con una edad media de solo 27 años, ha vivido la mayor parte de su vida adulta bajo el chavismo. Comprenden completamente sus horrores, pero también se dan cuenta de que la mayoría de la sociedad venezolana alguna vez apoyó sus objetivos. Lo que viene a continuación no puede basarse únicamente en los modelos ideales de los economistas pro empresarial, o en un intento fallido de restaurar la Venezuela de los años noventa. Nuestra lista incluye un líder extranjero, Xi Jinping de China, con una convincente explicación de por qué.
Y un grupo de venezolanos, entre ellas a Smolansky, que consideran perfiles necesarios para reconstruir el país. Salen también Lorenzo Mendoza, Susana Raffalli (nutricionista), Alfredo Romero… Entre otros.
Sin embargo, la realidad es que arreglar a Venezuela requerirá una enorme franja de la comunidad internacional, incluyendo el resto de América Latina, los Estados Unidos y las instituciones multilaterales, armados con decenas de miles de millones de dólares, una planificación sobria y una capacidad para moverse rápidamente. Sería genial, por supuesto, si el gobierno actual de Venezuela considerara algunas de estas propuestas para aliviar el sufrimiento de su pueblo. Pero lamentablemente, toda evidencia sugiere que la recuperación tendrá que esperar hasta después de Maduro. Cuando ese día llegue.
Brian Winter
Editor en jefe, Americas Quarterly