”Los trastornos disociativos se definen como todas aquellas condiciones patológicas que conllevan disrupciones o fallos en la memoria, conciencia, identidad y/o percepción. … Trastorno de identidad disociativo (Código DSM IV 300.14), también conocido como trastorno de personalidad múltiple.”
por Laureano Márquez
EL AHORA AUTOPROCLAMADO “Super Bigote”, con su habitual “ingeniosidad” señaló hace unos días que Venezuela se encuentra en una “fase de pre prosperidad”. Esto lo dice en un país en el que, en la capital del estado emblemático de la producción petrolera, la gente tarda semanas en llenar de gasolina el tanque de su vehículo. Lo dice en una nación que tiene a una cifra cercana al 20% de su población fuera del país, huyendo de la catástrofe que el régimen ha ocasionado en 20 años de destrucción, en el país con la mayor inflación del mundo, con los servicios públicos colapsados, sin electricidad ni agua (siendo uno de los países con el mayor potencial hidrográfico del planeta), con la salud en terapia intensiva, con la población muriendo de inanición y comiendo de los basureros.
Ante tamaño despropósito le invade a uno las dudas: ¿se ríe de nosotros o es tan brutal su desconexión con la realidad del país?, ¿se mofa de la miseria que él mismo genera o realmente cree lo que dice?, ¿es crueldad, indolencia o simplemente calculado cinismo? Sea cual fuere la respuesta, es muy grave, extremadamente grave. Venezuela no está en una fase de pre prosperidad, sino en estado de pre extinción, sometida al dominio de naciones extranjeras, con su sistema productivo paralizado, con una economía colapsada, con su territorio devastado y su gente sometida a inenarrables calamidades.
Pensar que a esto se le puede llamar pre prosperidad reclama tratamiento psiquiátrico urgente, cuando menos, por disociación continuada. Este régimen se ha vuelto enteramente orwelliano: la enfermedad es salud, la muerte es vida, la corrupción honestidad, en definitiva, dos más dos es igual a lo que al gran hermano se le antoje que sea.